El océano es esencial para la supervivencia, ya que regula el clima de la Tierra y proporciona alimentos y otros recursos. Los ecosistemas costeros y marinos, como las praderas marinas, los manglares y las marismas, desempeñan un papel crucial en la regulación del ciclo del carbono al almacenarlo en forma de «carbono azul», como se le conoce. Estos ecosistemas almacenan cantidades significativas de carbono y prestan importantes servicios ecosistémicos, como la protección de las costas, la mejora de la calidad del agua y el hábitat de peces y fauna silvestre. Estos ecosistemas cubren alrededor de 49 millones de hectáreas. En este artículo, exploraremos cómo las empresas pueden reducir su huella de carbono en el océano y proteger estos ecosistemas críticos de carbono azul.
El carbono azul
En los últimos 20 años, el término «carbono azul» se ha utilizado para referirse al carbono almacenado en los ecosistemas oceánicos, marinos y costeros. Estos ecosistemas absorben dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera y lo almacenan en su biomasa, suelos y sedimentos. Las praderas marinas, los manglares y las marismas saladas son algunos de los ecosistemas de carbono azul más importantes. Tienen una capacidad extraordinaria para almacenar carbono; por ejemplo, ¡los manglares almacenan de tres a cinco veces más carbono que las selvas tropicales por hectárea! (UICN, 2016).
De hecho, las estimaciones mundiales del carbono total almacenado en los ecosistemas de carbono azul oscilan entre 10.450 y 25.070 millones de toneladas de carbono en el primer metro de subsuelo. Además, algunos estudios indican que los bosques submarinos, como los de algas, absorben una cantidad significativa de carbono (mayor de lo que se pensaba). Este servicio ecosistémico que ofrecen estas especies tiene grandes implicaciones ecológicas y económicas, ya que el secuestro de carbono produce 163 dólares/año por hectárea de ecosistema, lo que se suma a los grandes beneficios que producen en otros sectores como el pesquero.
El papel de las praderas submarinas
Las praderas marinas son uno de los ecosistemas de carbono azul más importantes, ya que proporcionan almacenamiento a largo plazo de grandes cantidades de carbono. La especie Posidonia oceanica, en particular, es uno de los sumideros de carbono azul más importantes del Mediterráneo (UICN, 2021). Las praderas marinas también proporcionan un hábitat importante para los peces y otras especies marinas. Y en el caso de la posidonia también pueden actuar como protección costera, ya que las praderas de posidonia bien desarrolladas y exuberantes retienen sedimentos y crean barreras naturales que reducen el oleaje y protegen la zona costera. Sin embargo, estos ecosistemas están amenazados por actividades humanas como el desarrollo costero, la contaminación y la sobrepesca.
Protección de los ecosistemas de carbono azul
Proteger y conservar los ecosistemas de carbono azul es esencial para nuestra salud y resiliencia, así como para el bienestar general del medio ambiente y el desarrollo sostenible de las comunidades y economías locales, ya que millones de personas en todo el mundo dependen de estos ecosistemas. Las empresas pueden desempeñar un papel fundamental reduciendo su huella de carbono e invirtiendo en esfuerzos de conservación.
Reducir la huella de carbono
Las empresas pueden reducir su huella de carbono de varias maneras:
– Operaciones energéticamente eficientes: La adopción de prácticas de eficiencia energética, como el uso de iluminación LED, la mejora del aislamiento y la optimización de los sistemas de calefacción y refrigeración, puede reducir significativamente el consumo de energía y las emisiones de carbono asociadas.
– Energía renovable: Invertir en fuentes de energía renovables como la eólica, la solar y la hidroeléctrica puede ayudar a las empresas a reducir su dependencia de los combustibles fósiles y las emisiones de carbono asociadas.
– Transporte sostenible: Animar a los empleados a utilizar el transporte público, la bicicleta o los vehículos eléctricos puede reducir las emisiones de carbono del transporte.
Invertir en conservación
Las empresas también pueden invertir en esfuerzos de conservación para proteger y conservar los ecosistemas de carbono azul, por ejemplo Apoyando la investigación: El estudio de los ecosistemas de carbono azul puede ayudar a identificar amenazas, desarrollar estrategias de conservación y supervisar la salud y resistencia de estos ecosistemas. Asociaciones y colaboraciones: Colaborar con socios, como organizaciones medioambientales y comunidades locales, puede ayudar a las empresas a identificar y abordar los retos medioambientales y promover el desarrollo sostenible. Infraestructuras verdes: Invertir en infraestructuras verdes, como humedales costeros y arrecifes, puede ayudar a proteger a las comunidades costeras de fenómenos meteorológicos extremos e inundaciones asociadas, al tiempo que proporciona un hábitat crítico para los peces y otras especies marinas. Proyectos: Contribuya a proyectos que ayuden a mantener y restaurar las praderas marinas, como en el caso del Mediterráneo, donde las praderas de Posidonia desempeñan un papel fundamental en la protección de las costas y el secuestro de carbono, y sirven de hábitat a un gran número de especies. Muchos proyectos promueven la restauración y protección de estos ecosistemas, como el proyecto «Posidonia Activa» de Anèl.lides o el proyecto «Bosque Marino» de Red Eléctrica.
Conclusión
Los ecosistemas de carbono azul son fundamentales para la salud y la resiliencia de nuestro planeta y nuestras comunidades. Las empresas pueden desempeñar un papel crucial en la protección y conservación de estos ecosistemas reduciendo su huella de carbono e invirtiendo en esfuerzos de conservación. Las empresas, los científicos y las comunidades locales pueden crear una economía azul sostenible que beneficie a todos trabajando juntos.
Esta es la primera de la nueva Serie Corporativa Oceanogami Ocean. Una serie que tiene como objetivo brindar una mayor comprensión de los elementos y temas necesarios para comprender la interseccionalidad de las empresas y organizaciones y la sostenibilidad ambiental y el papel que pueden desempeñar para lograr un impacto positivo en la conservación marina. ¡Mantente sintonizado para más!